Ungüentos para el cuerpo, la mente y el espíritu

Ungüento para niños
Ungüento Armonizador

Hace unos tres años atrás mi hijo Alejandro fue diagnosticado con SDA. El SDA es la expresión de distintos grados de inmadures neurológica que afecta a los niños en diversos ámbitos de su ser y actuar. Las dificultades más conocidas se encuentran en lograr mantener un grado mínimo de atención y concentración en tareas cognitivas específicas, durante un tiempo determinado, por ejemplo atender y trabajar durante el horario escolar y al interior del aula. Sin embargo pueden existir otra gran cantidad dificultades y en otras áreas completamente distintas. Por esta razón cada padre (mamá, papá o cuidador) debe poner atención a su niño e ir descifrando con el paso del tiempo sus características particulares.

 

En el caso de Alejandro existen un montón de elementos que le afectan, que lo desequilibran que lo hacen ser diferente, con el tiempo me fui dando cuenta de que una de las cosas que más le afectan son los cambios, no importa de que tipo, le producen tal nivel de estrés que cualquier reacción en él es esperable. Por lo mismo hemos preferido evitar grandes cambios en su día a día y si es necesario hacerlos intentamos anticiparle cada vez los distintos sucesos.

 

En estos momentos Ale tiene 8 años, y desde que cumplió 3 se inició en mi un trabajo constante mezcla de estudio, esfuerzo, paciencia, empatía y quizás 100 elementos más con el sólo afán de ayudarlo en su desarrollo y poder mostrarle el mundo y la vida para su futuro. Se que me he equivocado mucho, se que he tenido a la vez grandes aciertos, pero al final yo también me he templado en el camino y he ganado. Todo esto no es más que una lección de amor, somos guias de nuestros hijos en este camino a veces duro, pero nunca voy a dejar de sentir que todo vale la pena. Los hijos son una bendición, son magia pura, alquimia profunda entre un hombre y una mujer...

 

Antes de terminar el año escolar me di cuenta de que Alejandro estaba estresado a mil, me tenía muy preocupada, pero sobrevivió. Apenas dimos los abrazos en el año nuevo arreglamos todo y nos fuimos a la playa, estuve sola con él y mi beba de casi 3 años durante 10 días. El resto de nuestros niños se fueron unos días con su mamá y luego a La Serena con los padres de mi esposo.  El Ale lo pasó muy bien, los días transcurrieron en una rutina liviana y estable, regresó muy relajado. Al día siguiente se fue de vacaciones a la casa de su papá, al regreso lo noté más tenso y como retraído, apenas estuvo un par de días en casa y mis padres (sus abuelos) lo llevaron a casa de mi hermano en la ciudad de Antofagasta, el plan era pasar unos días en la playa de Hornitos en compañía de su primo (un año menor), sus tíos y los abuelos. La noche anterior al viaje se quedó con mis padres, casi a media noche mi madre me llama y me anuncia: " Hija, Alejandro está muy mal!!!" Según su relato el niño sentía que se ahogaba, tenía taquicardia y se sentía muy mal en general. Mi hermano, que es pediatra, le daba instrucciones por teléfono y pasado un par de horas el niño logró dormirse superando esta "crisis". Todos pensaban lo peor, algo cardiaco, algo del asma... Pero yo, basada en mi intuición de madre y en mi formación como psicóloga me he aferrado a una hipótesis de origen nervioso, después de todo al otro día tenían que estar a las 6 AM en el aeropuerto, el viaje en avión, etc. Desde ese día ha tenido algunos episodios menores, parecidos, y yo sigo con mi hipótesis...

 

Así que en consideración a toda esta historia he decidido prepararle un ungüento armonizador. Los ungüentos son una preparación cosmética muy básica y sencilla de realizar, llevan un 10% de cera de abeja y el resto de grasas vegetales según el objetivo del ungüento. En este caso he usado manteca de karité y aceite de almendras dulces. La aplicación del ungüento da la sensación de calorcito, permite el masaje pero es menos líquido que un simple aceite, es dulce, reconfortante... a mi me recuerda la infancia y las friegas en el pecho y la espalda que mi madre nos hacía con Vick Vaporuh o algo así se llamaba, después nos ponía un periodico caliente y a dormir, santo remedio para las bronquitis y la tos!

 

Con esta receta básica de ungüento se añaden los aceites esenciales correspondientes y sirve para un gran número de afecciones. Mi ungüento armonizador lleva aceites esenciales (considerando la edad de Ale un 2,5%) de lavanda (armoniza, relaja), mandarina bio (calma la hiperactividad, reconforta en la infancia) y camomilla romana (calma sensibilidades, ayuda contra el estrés, relaja, alivia y nutre), además le he agregado las esencias florales Angel de la Guarda, Despertando al Amor, Maduración y Tolerancia del sistema Déficit Atencional de las esencias florales chilenas de la Cordillera de Los Andes. Todo esto sumado a el amor y las manos de mamá espero que operen el milagro y mi Alejandro recupere el equilibrio perdido en sus estresantes vacaciones. De lo contrario entrando marzo de todas formas nos espera el control con su doctor para mayor seguridad.